Inexistente
Fuiste lo que ya no eres y estarás dónde
ya no estas.
Te buscaré en lugares olvidados y caminaré
por los senderos compartidos aún a sabiendas de que no te encontraré.
Ora no volverás a palpitar como lo hiciste
en aquella mañana estival cuando te besaba bajo un sol endiablado custodio del
ardor de nuestros cuerpos excitados, ora no podrás volver a sentir mis convulsas
manos sobre tus divinos pechos, garras de animal asustado por tanta beldad,
divina hermosura.
Eras amalgama de caprichos perdidos en una
inconstante sabiduría de deseo, en una levedad
vacilante de unos labios atrevidos que diversificaban sus besos según tus
antojos.
Ahora nunca podré volver a perderme de
nuevo en las callejas oscuras y húmedas de tus nalgas, ni tampoco volverá a
llover sobre mi lengua el jugo exprimido de tu lubricada vagina.
Hoy se ha marchitado mi deseo a otras
mujeres porque sólo tú has sabido extraer de mí la savia y recoger el néctar de
mi flor. Ya nunca sabré como entregar de
nuevo mi vigor ni encontraré el impulso necesario para volver a caminar sobre
otras almas dónde aparcarme.
Junto a ti lo encontré todo, me conecté
con la Tierra y me abrasé contigo en la esencia del fuego. Me diste tu fuerza a
cambio de la mía y nuestras fierezas se hicieron una en la lucha contra la
desidia.
Y tan sólo existe una verdad, la única
realidad, legítima y veraz, dogma innegable de lo que ahora eres, inexistente.
Krac@ Collage: MarMax